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De izquierda a derecha: Francisca O. Peixoto, Salvador Aznar Benitah, Guiomar Solanas (equipo IRB Barcelona), Pura Muñoz-Cánoves y Eusebio Perdiguero (equipo UPF).
 11.08.2017

Refutan un dogma científico que asociaba el envejecimiento con la pérdida del ciclo circadiano de las células madre

Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) en el Parc Científic de Barcelona, de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y de la Universidad de California Irvine (UCI) en los Estados Unidos refutan un dogma científico que asociaba el envejecimiento con la pérdida del ciclo circadiano de las células madre con dos estudios publicados en la revista Cell. Sus resultados revelan que las funciones de las células madre siguen estando marcadas por el día y la noche (ritmo circadiano) pero están destinadas a reparar los tejidos y no a mantenerlos tonificados.

 

Una hipótesis ampliamente aceptada sostenía que con el tiempo las células madre dejaban de saber si era de día o de noche (perdían el ritmo circadiano) y dicha pérdida promovía el envejecimiento. Pero no es así. El equipo de científicos del IRB, la UPF y de la UCI han descubierto que durante el envejecimiento las células madre siguen trabajando rítmicamente, lo que ocurre es que reprograman las funciones circadianas que llevan a cabo.

“Las células madre envejecidas conservan perfectamente el ritmo circadiano pero ahora desempeñan todo otro conjunto de funciones para hacer frente a problemas que aparecen con la edad”, describe el investigador ICREA Salvador Aznar Benitah, jefe del grupo Células Madre y Cáncer y líder de ambos estudios. Los científicos desconocen por el momento las causas de dicha reprogramación. Aznar Benitah añade, “el problema es que desaparece la funcionalidad rítmica que tenían las células madre “jóvenes” y que tiene que ver con la protección y la preservación del tejido, funciones que pasan a no ser rítmicas. Ese abandono de sus antiguas funciones circadianas durante el envejecimiento natural contribuye a que, de algún modo, se acumule más daño y haya más envejecimiento”.
 

La dieta hipocalórica mantiene un ritmo circadiano jovial

Según los investigadores, sus estudios también dan una explicación a por qué una dieta restringida en calorías ralentiza el envejecimiento.“La dieta hipocalórica contribuye a prevenir muy potentemente lo que ocurre durante el envejecimiento fisiológico. Mantener las células madre con un ritmo “joven” es importante porque al fin y cabo su función es renovar y preservar los tejidos en ritmos de día y noche muy marcados. Comer menos parece prevenir el envejecimiento del tejido y por lo tanto no hay necesidad de reprogramar las funciones circadianas”, afirma Benitah.

Lo que no está tan claro es que para los humanos las dietas hipocalóricas sean una solución para mantener a raya el envejecimiento. “No son muy recomendables, ya que se pasa hambre constantemente y por lo tanto requiere mucha fuerza de voluntad; además, mantienen al organismo con la energía mínima para sus funciones, lo que a la larga puede tener consecuencias negativas en el día a día de la persona”, subraya Aznar Benitah. El científico explica que en este sentido lo importante ahora es ahondar en porqué el metabolismo tiene este efecto tan dominante sobre el envejecimiento de las células madre y, una vez identificado el nexo de unión que promueve o retrasa el envejecimiento, desarrollar terapias que modulen dicho nexo de unión.
 

Más información en la web del IRB Barcelona [+]

Artículos de referencia:
Solanas, Guiomar et al. «Aged Stem Cells Reprogram Their Daily Rhythmic Functions to Adapt to Tissue-Specific Stress«. Cell (2017). Doi: 10.1016/j.cell.2017.07.035

Sato, Shogo et al. «Circadian Reprogramming in the Liver Identifies Metabolic Pathways of Aging«. Cell (2017). Doi: 10.1016/j.cell.2017.07.042