Hace 75 años, el 10 de diciembre de 1948, representantes de todos los Estados miembros de la ONU firmaron la Declaración Universal de Derechos Humanos. La carta expresa en 30 artículos lo que se consideran los derechos humanos básicos y que se aplican sin excepción a todos los seres humanos.

Los derechos humanos son fundamentales para la consecución del desarrollo sostenible que no deje a nadie atrás y son esenciales por sus tres dimensiones: social, económica y ambiental.
El preámbulo de la Agenda 2030 reafirma explícitamente que los ODS «pretenden hacer realidad los derechos humanos de todas las personas» y el 92% de los 169 objetivos de los ODS están directamente relacionados con uno o más de los convenios sobre derechos humanos básicos. La Agenda 2030 lleva implícita una acción transformadora que incluye la lucha contra el cambio climático, la reducción de las desigualdades, la creación de puestos de trabajo dignos y no dejar a nadie atrás.

Quizás la situación mundial actual no invita al optimismo: las desigualdades crecientes, vulnerabilidad desatendidas, migraciones forzadas, incapacidad para detener el cambio climático además de la aparición de gobiernos autoritarios y populistas que erosionan la legitimidad y confianza en la política y en las instituciones.

Los ODS, fundamentados por los derechos humanos, deberían ser el motor por la recuperación de la confianza y el compromiso por avanzar en favor de las personas, el planeta y la prosperidad.