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Ignasi Belda, fundador y CEO de Intelligent Pharma durante su intervención en la jornada (Foto: Biocat).
 29.10.2015

El PCB acoge la jornada Lessons Learned ‘Biofiscalidad: los incentivos para la ciencia’

El jueves 22 de octubre el Parc Científic de Barcelona (PCB) acogió la octava sesión de las jornadas Lessons Learned: 'Biofiscalidad: los incentivos fiscales para la ciencia', organizadas periódicamente por la asociación de empresas CataloniaBio y Biocat para impulsar el conocimiento y el networking entre los profesionales del ámbito de ciencias de la vida. En esta ocasión, el encuentro tuvo como objetivo profundizar y analizar las herramientas para superar las normativas y la burocracia que regulan la fiscalidad de las empresas biotecnológicas y biomédicas, y que dificultan el propio concepto de la I+D.

 

Seis profesionales de ámbitos complementarios —empresa, gabinete de abogados, entidad certificadora y Hacienda— han explicado sus ‘lecciones aprendidas’ en la jornada, moderada por Anna Rosell, economista y directora del Área Fiscal de IMB Grup. Intervinieron como ponentes: Diego Rodríguez, abogado de J&A Garrigues; Inmaculada Torés, técnico comercial en certificación I+D+I de EQA; Xavier Castells, CFO de InKemia IUCT Group; Miguel Ángel Mayo, coordinador del Sindicato de Técnicos de Hacienda de Cataluña Gestha, e Ignasi Belda, CEO de Intelligent Pharma, situada en el PCB.

En Cataluña quedan pocas deducciones fiscales para las empresas biotecnológicas y biomédicas, y una de estas es la I+D+I. «Las biotec tienen ayudas importantes en I+D+I, pero no siempre las aprovechan por carencia de planificación o asesoramiento. Hay que incluir esta cuestión dentro de la estrategia económico-financiera de la empresa», recomendó Anna Rossell.

El crédito presupuestario de I+D+I del gobierno español es de 640 millones de euros en 2015 y 693 millones de euros en 2016, según Gestha. Si lo comparamos con otros países de todo el mundo, «los incentivos que tenemos son generosos. La I+D+I no sólo nos la deducimos, sino que nos la pagan» explica Diego Rodríguez, abogado de Garrigues. La ley española define tres conceptos —la investigación (R), el desarrollo (D) y la innovación tecnológica (Y)— que dan derecho a crédito fiscal: un 25% en deducciones de I+D, un 17% en gastos de personal investigador cualificado, un 8% en inversiones en activos a efectos de I+D, y un 12% en innovación. Las posibles dudas para la empresa, según Rodríguez, pasan por «saber qué es I+D+I y acreditar a la administración que se hace» (la Ley prevé mecanismos para evitar esto como por ejemplo las consultas vinculantes, los informes motivados o los acuerdos previos de valoración).

El exitoso ‘Patent Box’

En 2008 se puso en marcha uno de los incentivos fiscales que está teniendo más aceptación en el tejido empresarial innovador, el Patent Box, permite que las empresas obtengan una reducción del 60% en el Impuesto sobre sociedades por determinadas rentas derivadas de la propiedad intelectual, licencias, patentes, etc.

Según Diego Rodríguez de Garrigues «hay una cierta competencia entre países. Nosotros simplemente lo hemos copiado de otros lugares y está funcionando bien». Xavier Castells de InKemia opina que «la aplicación es positiva siempre que tengas beneficios» e Ignasi Belda, CEO de Intelligent Pharma, ve que «a muchas empresas, como las CRO, piensan que si no tienen patentes no pueden optar al Patent Box, y no es cierto. Puede ser por conocimientos, fórmulas, planos… Se tendría que decir Innovation Box. Si tenéis dudas haced siempre una consulta vinculante».

Las dudas y las decisiones que van surgiendo configuran la estrategia fiscal de cada empresa. Así lo considera el director financiero de InKemia, grupo biotecnológico catalán con filiales en Colombia y Brasil. «La primera decisión fiscal es saber donde te sitúas porque hay condicionantes, tanto para los inversores potenciales como para la empresa» reflexiona Xavier Castells. Castells remarca que pocas pymes biotec aplican contablemente la desgravación del Impuesto sobre sociedades: «Se pone en valor un activo que tenéis ante entidades financieras, proveedores y otros actores e, incluso, podéis pasar de pérdidas a beneficios». Para ser compatibles con el Impuesto sobre sociedades hay que tener el sello de ‘Pyme innovadora‘, es decir, acreditarse en el Ministerio de Economía y Competitividad.

Mitos y leyendas

El emprendedor Ignasi Belda, que desde 2007 está aplicando el máximo de deducciones que le permite la ley, ha explicado algunos de los mitos y leyendas urbanas que ha ido escuchando a lo largo de estos años. Por ejemplo, si un proyecto biotec fracasa «puedes seguir aplicando las deducciones por I+D, contrariamente al que muchas empresas creen». 

A pesar de ser uno de los mejores países del mundo en incentivos para la I+D, «hay otros de muy potentes como Francia dónde sin tener sede también puedes aplicar. Nosotros nos hemos acreditado por el Ministerio de Investigación y Universidades francés y nuestros clientes se pueden desgravar el 30% de las facturas. Es una gestión sencilla de hacer». Belda lo tiene claro: «Si no aplicamos estamos perdiendo ventaja competitiva respeto Francia, Alemania u Holanda donde las empresas utilizan la ley con toda su potencia».