Skip to main content
< Volver a noticias
El estudiante de doctorado Jesús Ordoño (Foto: IBEC).
 10.05.2018

El estudiante de doctorado del IBEC Jesús Ordoño recibe una beca Daniel Bravo

El investigador Jesús Ordoño, estudiante de doctorado del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) en el Parc Científic de Barcelona, es uno de los tres ganadores de la convocatoria de 2018 de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu, que tiene como objetivo estimular la investigación biomédica de alto impacto en Cataluña mediante becas dirigidas a investigadores –con el título de doctorado, licenciatura, grado o equivalente– que llevan a cabo su actividad en Cataluña y quieren hacer estancias cortas en centros norteamericanos o europeos de referencia en su campo.

 

Jesús Ordoño es estudiante de doctorado en el grupo Biomateriales para terapias regenerativas del IBEC. «En los últimos dos años, he demostrado por primera vez que el lactato es capaz de modular el microambiente del corazón posnatal, promoviendo la regeneración del tejido cardíaco”, explica Jesús. “Este hallazgo podría proporcionar una nueva estrategia para curar el músculo cardíaco después de una lesión, como un ataque al corazón”.

Las Becas Daniel Bravo de este año han priorizado proyectos de imagen cardiovascular y técnicas de diagnóstico no invasivas. Cada ayuda se ha dotado de 3.000 euros mensuales más gastos de desplazamiento para estancias de 3 a 9 meses en algunos de los centros más prestigiosos del mundo en investigación cardiovascular.

Ordoño trabajará en el Institute for Quantitative Health Science & Engineering (IQ) de la Universidad Estatal de Michigan en un proyecto titulado “elucidación de los mecanismos y vías de señalización del lactato en la regeneración cardíaca”. Su mentor será el ex miembro del IBEC Aitor Aguirre, que ahora es Profesor Asistente de Ingeniería Biomédica.

«Mi estancia con el Dr. Aguirre, que tiene una amplia experiencia en células madre humanas y metabolismo, potenciará nuestra investigación dilucidando y caracterizando las vías de señalización mediante las que el lactato puede promover la regeneración cardíaca», explica el investigador catalán.