En 2017, la artista Kelly Arrontes ganó el concurso de intervención artística con su propuesta «El agua es vida», una obra mural pintada a base de acrílico y papel de seda que se extiende a lo largo de 125 m. lineales y representa el agua en cuatro estados. Estos diferentes estados del agua se corresponden con los cuatro principales estados de ánimo de la artista, matizados por su grado de visión, teniendo en cuenta que Arrontes sólo tiene un 9%. El resultado es una obra puramente de expresionismo abstracto.