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Miguel Ángel Tirado, técnico responsable de Almacén. Foto / PCB
 25.09.2025

Miguel Ángel Tirado, técnico responsable de Almacén: «Nunca hemos pedido una mercancía»

Miguel Ángel cree que detrás de la valoración positiva que hacen los usuarios del Parque en cuanto al reparto de mercancías y la recogida de residuos están el esfuerzo, la constancia y la planificación. Con más de 20 años de experiencia sabe reconocer a dónde va una caja solo con mirar su aspecto exterior. Afirma con orgullo que nunca ha perdido un paquete. Lo reconoceréis por los pasillos por su inconfundible bata azul.

Cuéntanos cómo comenzó tu historia en el Parque Científico.

Llegué en 2001 y durante cuatro años trabajé para una empresa subcontratada realizando tareas de mantenimiento. En 2005 pasé a formar parte de la plantilla del Parque para gestionar la recepción de mercancías y las tareas de almacén. En aquella época solo llegaban cuatro o cinco paquetes al día y ahora son más de 150 albaranes, que pueden contener hasta siete paquetes. También gestionaba los residuos y hacía pequeños movimientos de mobiliario, que es, más o menos, el grueso de la actividad hoy en día, pero a una escala mucho mayor.

¿Cuándo empezó a cambiar el volumen?

A partir de 2007, cuando entró en funcionamiento el edificio Hèlix, lo que nos obligó a habilitar una nueva recepción de mercancías, porque solo teníamos la del Clúster I, y a contratar a una nueva persona para gestionar ese edificio. Y la explosión de trabajo llegó con la puesta en marcha del Clúster II.

Hoy en día, ¿cuántas personas sois y cómo os organizáis?

Somos cinco personas (Juanma, Jordi, Marina y Patricia) dedicadas a la recepción de mercancías, el reparto, los residuos y los traslados. Por la mañana recibimos el grueso de los paquetes, recepcionamos entre los edificios Clúster y Hèlix unos 180 albaranes, y vamos repartiendo con la consigna de que no quede ningún paquete sin entregar; siempre dejamos el almacén libre de mercancías. Por la mañana, durante toda la semana, recogemos los residuos de laboratorio. Las tardes las reservamos para movimientos puntuales de mobiliario y trabajos más atípicos. Después de muchos años de experiencia, hemos comprobado que este es el mejor sistema, y también he de agradecer que los usuarios y compañeros pongan de su parte para que la maquinaria funcione. Si el trabajo se hace de forma ordenada y eres puntual, la gente queda contenta.

Con todo este volumen de paquetes, ¿no perdéis nunca nada?

Ni uno solo, y cuando se ha perdido algún paquete, suele aparecer, porque hay una buena gestión detrás. Yo guardo las copias de los albaranes durante seis meses, por si acaso. Ese albarán siempre me indica si un paquete ha entrado o no en el Parque. Además, llevo tantos años dedicándome a esto que veo un paquete y solo con mirar la caja ya sé a dónde va, dónde buscar si se ha perdido, qué laboratorio lo ha pedido… También conozco perfectamente a los transportistas, y con los más habituales tengo muy buena relación.

¿Cómo funciona la gestión de residuos?

Es el proceso inverso al de la mercancía: van de dentro hacia fuera. Hacemos rondas de recogida diarias, muy organizadas y repartidas por plantas y edificios, y lo hacemos así porque el volumen es muy grande; en un solo día sería imposible, y siempre vamos coordinados con los laboratorios, que los dejan preparados. Recogemos residuos biológicos y químicos completamente cerrados, con todas las medidas de seguridad. Y estos, a su vez, los recoge una empresa especializada que los retira del Parque.

En el barómetro de satisfacción del Parque soléis salir muy bien valorados…

Sí, es un reconocimiento al esfuerzo, la constancia y la planificación. Gracias a mis compañeros, que ponen de su parte para que todo salga bien.