El mar nos avisa…¡escuchémoslo!
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) estima que el cambio climático hace que fenómenos meteorológicos extremos como una gota fría o tornados marinos sean más intensos y frecuentes debido al calentamiento del agua del mar y al aumento de la humedad en la atmósfera (Cambio climático ambiental en la cuenca mediterránea. Situación actual y riesgos para el futuro, MedECC).
El Mediterráneo es un mar semicerrado y poco profundo que se calienta más rápidamente que el global de los océanos (+0,3°C +0,4°C por década vs. aprox. +0,2°C globalmente).
El calor acumulado inyecta gran cantidad de energía que provoca un aumento de la frecuencia de fenómenos extremos como la gota fría y los tornados marítimos y también se intensifica su poder destructivo. Lluvias torrenciales, temporales de viento, sequías largas y extremas, incendios en bosques abandonados y muy secos, ríos desbordados provocando extensas inundaciones son algunos de los fenómenos que ha sufrido la zona mediterránea de la península en los últimos 5 años.
La costa española es especialmente vulnerable a estos fenómenos debido a su geografía, al urbanismo masivo que ha impermeabilizado a las zonas que de forma natural deberían absorber el agua de lluvia, la pérdida de vegetación natural. La superpoblación costera, la sobrepesca, el comercio marítimo y la contaminación aceleran el cambio climático.
El desastre vivido en la costa valenciana la última semana debe hacernos reflexionar a todos los niveles. Seguir avanzando y mejorando en sistemas de predicción y alertas y formar en actuaciones frente a emergencias son algunas acciones que se pueden aplicar de inmediato.
Los expertos coinciden en la necesidad de aumentar la resiliencia de las zonas costeras, estudiando las infraestructuras necesarias, creación de zonas verdes urbanas, identificando zonas más vulnerables y controlar los usos con el objetivo de elaborar planes estratégicos a medio y largo plazo (Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030, Ministerio para la transición ecológica y el reto demográfico).
La salud del mar repercute directamente en la salud y seguridad de las personas. En los países mediterráneos, directa o indirectamente, los cambios ambientales tienen influencia sobre el desarrollo económico, la disponibilidad de los alimentos, la movilidad, el ocio y el ocio y una larga lista de factores que, en definitiva, marcan la calidad de vida de sus habitantes.