¿Qué aire respiramos? ¿Qué ruido hacemos? La calidad del aire afecta directamente a la salud
Esta semana desde ayuntamientos y entidades locales se están llevando a cabo acciones muy diversas para difundir la importancia de reducir la movilidad en las ciudades y conseguir mejorar la calidad del aire.
Las ciudades o zonas cercanas a autopistas y vías de rápidas con mucho tráfico rodado presentan aire a menudo una baja calidad. La exposición constante a la contaminación del aire tiene efectos negativos sobre la salud, especialmente la respiratoria y la salud cognitiva, de las personas más pequeñas y mayores.
Urge aplicar medidas para respirar el aire más limpio. El desafío requiere aplicar políticas públicas sobre los transportes y medios de comunicación no contaminantes, favorecer sistemas de desplazamiento sin combustión, así como para crear infraestructuras verdes urbanas como parques y áreas arboladas que conecten espacios dentro de la ciudad.
Incorporar cambios en la vida cotidiana y la actividad laboral requiere esfuerzos individuales. Todos los habitantes de las ciudades deberíamos intentar desplazarnos con vehículos limpios; compartir trayectos; realizar las compras particulares o del trabajo agrupadas para reducir viajes; elegir opciones con baja huella de carbono para fines de semana, vacaciones y congresos de trabajo; y realizar una buena gestión energética de la vivienda.
La reducción de la exposición al aire contaminado, así como rebajar el ruido del tráfico tienen repercusión directa sobre la salud, la calidad de vida y el bienestar emocional. Nuestras acciones directas y la presión indirecta en las autoridades mejorará el aire de las ciudades. ¡Nos va nuestra salud!