Nosotros también somos turistas
Vivimos en una ciudad turística. Barcelona, como otras ciudades mediterráneas, atrae constantemente a visitantes. El turismo es fuente de riqueza, sin duda, pero cuando se masifica provoca problemas en la calidad de vida de sus habitantes y supone una presión ambiental del entorno por contaminación y consumo de recursos naturales. Aspectos como los precios de la vivienda, la precariedad laboral del sector servicios, las aglomeraciones en el transporte y la movilidad se suman a elevados consumos de agua y energía y generación de grandes cantidades de residuos en territorios que, normalmente, ya son muy densos y tensionados.
El debate está servido: el turismo como actividad económica positiva frente a la presión ambiental y social negativa. En las últimas semanas, estamos presenciando muchas noticias que se hacen eco de las peticiones sociales sobre el decrecimiento turístico y su ordenada gestión.
Se acercan nuestras vacaciones y con frecuencia planificamos viajes y estancias lejos de casa. Conocer otras culturas y paisajes son intensas experiencias que ayudan a tener perspectiva de nuestras realidades vitales. Sin duda, realizar turismo es motivante y enriquecedor.
Puesto que conocemos de primera mano los problemas que conlleva la masificación de visitantes, actuamos con respeto y conciencia en las comunidades que visitamos y nos alojamos. Seamos cuidadosos con el consumo de agua potable y la producción de agua residual, buscamos comprar alimentos de proximidad, controlamos la producción de residuos, valoramos los materiales y artículos locales sin esperar precios reventados, seleccionamos alojamientos diferentes de las grandes cadenas hoteleras y un largo etcétera de acciones responsables pueden contribuir a que nuestro turismo sea una actividad económica rentable y al mismo tiempo respetuosa.
¡Planificamos bien las vacaciones y actuamos como turistas conscientes y con actitudes sostenibles!