¡La sostenibilidad no se va de vacaciones!
El verano es un momento de desconexión, romper con las rutinas, probar nuevas experiencias y actividades pero sin olvidar los criterios de sostenibilidad para minimizar la huella sobre el planeta y ser respetuosos con las comunidades locales.
Por vacaciones debemos seguir pensando en bicicletas o transporte público más que en vehículos privados, mantener los aires acondicionados a temperaturas controladas, limitar el consumo de agua, espaciar lavadoras, aprovechar el sol para secar la ropa y evitar producción de residuos innecesarios, especialmente los plásticos. Hay muchas acciones por hacer. Hoy destacamos cuatro ideas sencillas orientadas a la temporada estival que se avecina:
Botellas de agua reutilizables
Con el calor del verano, es importante mantenerse hidratado, pero esto no tiene por qué significar utilizar botellas de agua de plástico desechables. Según la ONU, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y está claro que entre todos debemos modificar esa situación. Lo sostenible es no olvidar la hidratación y llevar siempre nuestra propia botella reutilizable.
Cremas solares biodegradables
A la hora de escoger la protección solar para este verano, es necesario optar por una opción que nos proteja tanto a nosotros como al medio ambiente, eligiendo cremas solares biodegradables sin componentes químicos que afectan negativamente a los ecosistemas marinos.
Las gafas de sol también sostenibles
Para la fabricación de gafas de sol, habitualmente se utiliza el plástico, pero ya podemos encontrar en el mercado soluciones más sostenibles fabricadas con materiales como madera o plástico reciclado, que suponen una alternativa más ecológica. Y no solo el material es importante, tener en cuenta dónde se producen las cosas que compramos y escoger opciones de proximidad contribuye a conseguir y fomentar un comercio más justo y sostenible.
Alimentación respetuosa con el entorno y con productos de temporada
El menú, para ser lo más sostenible posible, debe incluir verduras y frutas de proximidad y de temporada para contribuir al desarrollo rural integrado en el territorio desde el punto de vista ambiental, económico y social, y favorecer la vinculación entre los ámbitos rural y urbano y los de producción y consumo. Además de reducir la contaminación derivada del transporte.
¡También es una buena época para hacer de pequeños embajadores ambientales entre la gente con la que nos relacionamos!