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Carme Mateo, coordinadora de Recepciones. Foto / PCB
 03.07.2025

Carme Mateo, coordinadora de Recepciones: «Mucha gente me dice que tengo memoria histórica»

Cuando alguien atraviesa la puerta del Parque Científico de Barcelona (PCB), lo primero que se encuentra es el equipo de Recepción, primer punto de contacto con los visitantes y los clientes. Dan la bienvenida, resuelven dudas y facilitan el día a día de las empresas, investigadores y visitantes. Quien conoce perfectamente esta tarea, con más de veinte años de experiencia a sus espaldas, es Carme Mateo, que ha sido testigo del crecimiento y la transformación del Parque, memoria viva del nacimiento y crecimiento de muchos proyectos, empresas y avances científicos desde una posición privilegiada de contacto con las personas.

En estos veintitrés años, ¿qué transformaciones significativas has observado en el funcionamiento del Parque y en su comunidad?

El cambio ha sido muy grande. He visto llegar a todos los grupos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y cómo nacían el Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC). La capacidad y la cantidad de gente que trabaja ha evolucionado y ha cambiado mucho, pero nuestro rol de recepcionista no tanto, las tareas continúan siendo muy parecidas, pero adaptadas al volumen: más edificios y más salas de reuniones.

¿Cuáles son las consultas o las situaciones más frecuentes con las que os encontráis en la recepción y cómo las gestionáis para garantizar un buen servicio?

Lo que más nos preguntan son las indicaciones para llegar a los sitios, tanto las visitas como la gente que trabaja aquí. El Edificio Clúster no ha cambiado casi, es muy grande y, sobre todo, en las plantas inferiores es fácil perderse. La gestión de las salas de reuniones también nos ocupa mucho tiempo. Por suerte, hemos crecido en equipo y la figura del técnico audiovisual nos ha ayudado mucho en toda la parte tecnológica, que antes nos saturaba.

Seguro que hay usuarios que solo quieren que les atiendas tú, o que esperan a que tú estés disponible para consultarlo contigo, por confianza o incluso amistad, ¿no?

Sí, eso me pasa mucho, sobre todo con los clientes más antiguos: se piensan que lo sé todo (ríe). Más que conocimiento, sí que puedo decir que tengo memoria, y mucha gente aprovecha eso para hacerme consultas, porque dicen que tengo memoria histórica. Es como si fuese un ordenador, ¡soy el archivo! De todas maneras, siempre les digo que les puede ayudar cualquier otra persona, no por carga de trabajo, sino porque creo que la comunidad tiene que tener confianza en todo el equipo de Recepciones.

Sois el servicio interno más bien valorado de cada año, según la encuesta del barómetro anual. ¿Qué lectura haces de ello y cuál crees que es la clave del éxito?

La verdad es que nos hace mucha ilusión. Creo que trabajamos bien y que nos lo merecemos, y tenemos un buen equipo en el que todo el mundo intenta hacerlo lo mejor posible. También nos sentimos acompañados por la dirección del Parque. La clave del éxito son las personas, trabajar en equipo y, cuando no sabes una cosa, poder contar con el compañero o compañera de al lado.

A lo largo de todos estos años, ¿tienes alguna anécdota que recuerdes especialmente?

Recuerdo que hace casi veinte años vino un japonés preguntando por una persona del Parque. Yo llamé al laboratorio donde se suponía que debía estar esa persona, pero quien se puso al teléfono me digo que en ese momento no estaba y que le dijera al japonés que se fuera a El Corte Inglés a dar una vuelta hasta que llegara la persona. Y yo seguí las instrucciones al pie de la letra. Al cabo de un rato, vino a buscarlo la persona en cuestión, y cuando le dije que lo había enviado a El Corte Inglés me calló una buena bronca (ríe). Y entonces apareció el japonés, tan feliz, ¡con un par de bolsas de El Corte Inglés!